Home > Pareja > Carta a mi ex esposo de agradecimiento
Índice
2. Cool Kids
4. El sueño se vuelve realidad
El primer día que te vi dije en mi mente “tú te vas a casar conmigo”…
En ese entonces teníamos diez años, dos niños inocentes que apenas estaban aprendiendo lo que era el amor por medio de juegos y cuidados, recuerdo que pasaba tanto tiempo en tu casa como tú en la mía y que cuando me enfermaba me mandabas postales deseándome que me recuperará pronto que tenías un nuevo juego que mostrarme.
También que una vez cuando mientras corríamos me tropecé y me raspé una rodilla, mi reacción fue llorar más por la pena que por el dolor, tú reacción fue consolarme, revisar mi rodilla y decirme que todo iba a estar bien, me llevaste a casa para que me curaran, nuestra amistad duró y creció demasiado, no habían vacaciones en las que no viajáramos juntos, parecía que tenían nuestras custodias en las dos familias.
Pasaron años y hubo momentos de peleas y enojos que no durarán tanto, ¡claro, nos estábamos convirtiendo en adolescentes!
Y no comprendíamos porque algunas cosas nos hacían enojar tan fácil pero, nada que no pudiéramos arreglar. En esos momentos me di cuenta de que mientras más crecías más me gustabas y creo que pasaba lo mismo de tu parte, incluso nuestras familias nos hacían las “bromas” de que íbamos a terminar casados a lo que nosotros solamente nos reíamos.
Durante la prepa llegaste con una gran sorpresa a mi vida, tu primera novia, casi me desmayo de la tristeza pero, en vez de comportarme grosera lo que hice fue recibirla como si fuera una amiga más, la cual después de unos meses se convirtió en persona no grata por andar con alguien más en la prepa.
Al parecer ya todo indicaba que íbamos a ser novios, porque se sentía esa magia cuando estábamos juntos pero, apareció alguien para mi, a quien aceptaste a regañadientes y te alejaste un poco de mi, mi relación si duró mucho tiempo, lo que restaba de la preparatoria pero, sabía que él no era el indicado para mi futuro, yo sabía exactamente quién sí, tú.
En la universidad entramos a distintas escuelas y cada una nos absorbía demasiado, además de nuestros nuevos amigos pero, no faltaban las noches que llegabas para ayudarme a estudiar o animarme porque siempre me hiciste creer en mí.
Y de repente sin que los dos lo esperábamos nos dimos nuestro primer beso, sentí que el tiempo se detuvo, que nos habíamos tele transportado a otro universo, nos separamos, tomaste mi cara y me pediste que fuera tu novia, a lo que respondí con una risa nerviosa, me lo volviste a preguntar y obviamente te dije que sí, nuestros papás estaban contentos ya que les gustaba mucho como sacábamos lo mejor de nosotros juntos e independientemente.
Pasaron dos años y ¡oh, oh!, primer hijo en camino, nuestros papás estaban molestos porque esperaban que hiciéramos todo en orden o sea primero casarnos, lo bueno es que ya habíamos terminado la carrera, tú ya tenías un trabajo y yo estaba a meses de terminarla, después de pláticas y reuniones de familia se acordó casarnos por lo civil con nuestros familiares y amigos muy cercanos en una reunión intima.
Aún recuerdo ese día no me imaginaba nada tan hermoso como ese momento en nuestro patio adornado con flores y cientos de luces, te veías perfecto en tu traje creo que casi me desmayo de la emoción y no pude evitar llorar toda la ceremonia y tú nunca me soltaste la mano para hacerme sentir más segura.
Pasaron los años nuestro niño creció feliz entre las casas de sus abuelos y la nuestra, era como vernos reflejados en él cuando estábamos más pequeños pero, algo raro comenzó a surgir entre nosotros que comenzó a apartarnos.
Dejamos de hablar, solo nos peleábamos, ¿pero, qué pasó?, ¿se acabó el amor?, ¿el amor de pareja?, ¿había alguien más?, siempre te reprochaba que si había alguien más me hablaras con la verdad y me dijiste que no y te creí, fuimos a terapia de parejas pero, disminuyeron los problemas pero, ya no se sentía esa conexión de amantes solo la de esos amigos de toda la vida que seguían amando pero, de otra manera, nuestro ciclo por lo menos de esposos ya había terminado y lo sabíamos.
Llegamos a un acuerdo, nos separamos pero, lo importante era mantener y trabajar esa amistad por el bien de nuestro hijo, costó trabajo y lágrimas pero lo logramos y me di cuenta cuando recibiste muy bien a mi nueva pareja al ver que él quería a nuestro hijo como si fuera suyo y a mi me amaba tanto como el tiempo que tú lo hiciste y por toda historia de años en los que vivimos tanto juntos te doy las gracias, gracias por ser mi primer amor, gracias por ser mi amigo, esposo, amante y confidente, sobre todo gracias por todo ese amor que aún me das y nunca rendirte o dejarme sola en los momentos en los que más te necesité.
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