Home > Pareja > Cosas que debes saber del amor verdadero
Todo el mundo lo busca, pero pocos lo encuentran. ¿Será? ¿Qué estás buscando? Hay cosas que debes saber del amor verdadero, y aquí te las vamos a decir.
Es hora de cambiar la definición del amor verdadero. Nuestra búsqueda incansable por el afecto, es una de las necesidades primarias, desde tiempos inmemoriales. Con el paso del tiempo, el concepto del amor ha avanzado con nosotros. Pero el amor verdadero, se mantiene igual. El amor verdadero se trata de dar desinteresadamente, y estar preparada para sacrificar.
Amar a alguien, va más allá de la apariencia, eclipsa los talentos y logros. El amor verdadero encapsula la habilidad de ver más allá de la superficie de una persona, involucra la capacidad de ver su alma, sin importar lo rota o imperfecta que sea la persona; es la habilidad de aceptar sus fallas, para volverlas virtudes, encontrar oportunidades de crecimiento, a la mejor versión de cada uno.
Índice
1. El amor propio es el camino al amor verdadero
4. No es algo por lo que peleas
6. Para obtenerlo, hay que saber darlo
El amor duradero, viene de la habilidad de amar cada parte de ti. Amate con todo tu corazón, por quien eres y, también, por quien no eres. Se generosa y gentil contigo misma, y el resto del mundo seguirá. A menos de que te respetes y ames, no puedes extender ese amor a otra persona. La gente te va a percibir de la misma forma en la que te percibes a ti misma.
Ya eres una persona completa, y entre más aprendes a amar y aceptarte, más entenderás que esto es una verdad universal. No necesitas a otra persona para sentirte completa. Tu pareja sólo puede apreciar y fortalecer al ser completo que ya eres.
El amor verdadero no se trata de encontrar a tu “otra mitad”, sino de compartir tu versión completa con tu pareja, para así crecer, y expandirte, más y más, cada día.
La vida es como un espejo, y lo que ves ahí afuera, tendrías que verlo dentro de ti. ¿Por qué buscar algo afuera, si ya está en ti? El amor verdadero empieza contigo, no es algo que obtienes y después puedes desechar, una vez que encuentras a la persona indicada. El amor de tu vida, no es nadie, más que tú. ¿Cómo?
Una vez que aprendes a amarte a ti misma, nunca volverás a tener que esperar la aprobación o aceptación de otros. Tu propio amor será suficiente. Dentro de ti, no afuera. El amor que recibas de afuera, será sólo la proyección del amor que está presente en ti.
Es común escuchar a la gente decir, “si realmente amas a alguien, tienes que luchar por esa persona”. No debería funcionar así. Si necesitas “pelear” por el amor de alguien, no vale la pena tenerlo.
Si debes luchar por él, para obtenerlo, no está fluyendo de manera natural. ¿Necesitas pelear por su atención? Piénsalo dos veces. Si es tan complicado, no es amor; deseo, tal vez. Pelear y amar son cosas opuestas, y sólo puedes tener uno de ellos, no ambos.
¿Piensas mucho en lo que siente tu pareja, en su relación, o en su futuro? Probablemente, no estás enamorada. Si es amor verdadero, no hay acciones impulsivas, hay paciencia. El amor fluye de manera sencilla, tranquila y todo funciona de manera natural.
Donde hay amor verdadero, no hay necesidad de control, ni de arreglar a la otra persona, no hay críticas negativas, ni juicios, celos, culpas, o cualquier otro comportamiento tóxico. No llega al encontrar a la persona perfecta, sino de aprender a ver, perfectamente, las imperfecciones de la otra persona.
No puedes saber lo que es el amor verdadero, si no estás dispuesta a darlo todo. El amor no es algo con lo que se hacen negociaciones. Decir “te amo”, sólo cuando alguien lo dijo antes, o cuando hizo algo para “merecerlo”, es condicionar tus emociones, y las de tu pareja. El amor verdadero, debe fluir todo el tiempo, sin importar palabras o acciones. No ponerle un freno a tus propias emociones, permitirá que recibas lo mismo que das.
El amor verdadero no está pidiendo cosas, constantemente. Es pura, y meramente, incondicional. No te pedirá cambios, ni tendrá expectativas irreales sobre quien debes ser. El amor verdadero, es el que da, sin pedir nada a cambio. Se trata de encontrar alegría en dar, en llegar a compromisos con tu pareja. Todo sin demandar algo a cambio.
El amor verdadero, no se basa en ganancias, no impone decretos. El amor verdadero no tiene interés en aferrarse a algo, o alguien. Demasiado apego, los sentimientos de posesión, el deseo de aferrarte, apretar, y sofocar a la otra persona, no define al amor.
Al inicio, ser tu misma, con tu pareja, puede parecer de miedo. Despertar sin maquillaje, despeinada, hinchada. La forma en la que te ves, de manera natural, o cuando estás enferma, o en modo “domingo”, no es algo de lo que te tienes que sentir avergonzada. El amor verdadero, aún en las peores enfermedades, es una experiencia increíble, porque lo vale.
No le temas a ser tu misma, porque el amor verdadero no juzga. Seas quien seas, el sentimiento estará ahí, por quien eres. Sin máscaras, ni pretensiones. Recuerda que todo acto, toda máscara, termina por cansar al actor. Tus verdaderos colores, eventualmente, salen a la luz.
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