Home > Pareja > Inteligencia emocional: ingredientes necesarios para tenerla
Toda receta, requiere de ingredientes. Si quieres saber los ingredientes necesarios para tener inteligencia emocional, debes seguir leyendo.
La inteligencia emocional, también conocida como el coeficiente emocional (EQ) es la habilidad de entender, usar, y manejar tus propias emociones, de manera positiva, para aliviar el estrés, comunicarte efectivamente, empatizar con otros, sobreponerte a los retos, y desactivar conflictos. La inteligencia emocional te ayuda a construir relaciones más fuertes, triunfar en el trabajo, o escuela, y alcanzar tus metas personales. También te ayuda a conectar tus emociones, convertir tu intención en acción, y tomar decisiones informadas respecto a lo que más te importa.
Índice
1. La inteligencia emocional se define por 4 atributos:
2. Construir tu inteligencia emocional
3. Auto-manejo
• Auto-manejo: Tienes la habilidad de controlar tus sentimientos impulsivos, y comportamientos, manejar tus emociones de manera sana, tomar la iniciativa, cumplir con compromisos, y adaptarte a las circunstancias.
• Conciencia de ti misma: reconoces tus propias emociones, y como afectan tus pensamientos, y comportamiento. Conoces tus fortalezas, y debilidades, y confías en ti misma.
• Conciencia social: Tienes empatía. Puedes entender las emociones, necesidades, y preocupaciones de otras personas. Recibes las señales emocionales, te sientes socialmente cómoda, y reconoces las dinámicas de poder de un grupo, u organización.
• Manejo de relaciones: Sabes cómo desarrollar, y mantener buenas relaciones, comunicarte claramente, inspirar e influenciar a otros, trabajar en equipo, y manejar el conflicto.
Los ingredientes necesarios, que componen la inteligencia emocional, pueden ser aprendidos en cualquier momento. Sin embargo, es importante recordar que hay una diferencia entre aprender sobre la inteligencia emocional, y aplicar el conocimiento a tu vida.
El hecho de que sepas que deberías hacer algo, no significa que lo harás, especialmente cuando te sientes abrumada por el estrés, lo que puede anular tus mejores intenciones. Para poder hacer el cambio de comportamiento, permanente, de forma que se mantenga bajo presión, necesitas aprender a sobreponerte al estrés, en el momento, y en tus relaciones, para mantener una conciencia emocional.
Para lograr mejorar tu inteligencia emocional, debes poder usar tus emociones, para tomar decisiones constructivas, sobre tu comportamiento. Cuando te estresas demasiado, puedes perder el control de tus emociones, y la habilidad de actuar con conciencia, y de manera apropiada. Piensa en un momento en que el estrés te abrumó.
¿Fue fácil pensar claramente, o tomar una decisión racional? Probablemente no. Cuando te estresas mucho, tu habilidad de pensar claro, y analizar emociones, propias o de alguien más, se ve comprometida.
Las emociones son piezas importantes de información que te dicen mucho e ti misma, y otros, pero frente al estrés que nos saca de nuestra zona de confort, podemos sentirnos abrumados, y perder el control.
Con la habilidad de manejar el estrés, y estar emocionalmente presente, puedes aprender a recibir información alterante, sin dejar que anule tus pensamientos, y autocontrol. Podrás tomar decisiones que te permitan controlar tus sentimientos impulsivos, y comportamientos, manejar tus emociones de manera sana, y adaptarte a las circunstancias.
Manejar el estrés es el primer paso de construir la inteligencia emocional. La ciencia del apego indica que tu experiencia emocional actual, es un reflejo de tus experiencias previas. Tu habilidad de manejar emociones como el enojo, tristeza, miedo, y alegría, suele depender en la calidad, y consistencia, de tus experiencias emocionales, en etapas tempranas de la vida.
Si tu principal cuidador, en la infancia, entendía y valoraba tus emociones, es probable que tus emociones se vuelvan un activo en tu vida adulta. Pero, si tu experiencia emocional, en la infancia, era confusa, amenazadora, o dolorosa, es probable que intentes distanciarte de tus emociones. Tener la habilidad de conectar con tus emociones, es la llave para entender como influencian tus pensamientos, y acciones.
¿Experimentas emociones que fluyen, una a una, según el cambio de experiencias? ¿Tus emociones son acompañadas de una sensación física en el estómago, garganta, o pecho? ¿Experimentas emociones individuales, como enojo, miedo, tristeza, y siempre son evidentes, gracias a una expresión facial sutil? ¿Tus emociones más intentas, capturan la atención de otros? ¿Le pones atención a tus emociones? ¿Son factor en tu toma de decisiones?
Si cualquiera de estas experiencias no suena familiar, puede que hayas “bajado el switch” de tus emociones. Para poder construir tu inteligencia emocional, y tener emociones sanas, debes reconectar con tus emociones más profundas, aceptarlas, y sentirte cómoda con ellas.
La conciencia social te permite reconocer, e interpretar, las señales no verbales que otras personas usan, para comunicarse contigo. Estas señales te dejan saber cómo se siente una persona, como cambia su estado emocional, momento a momento, y lo que realmente les importa.
Cuando un grupo de personas mandan señales no verbales, tienes la posibilidad de leer, entender, las dinámicas de poder, y las experiencias emocionales compartidas de un grupo. En resumen, eres empática, y te sientes cómoda, socialmente.
Para construir la conciencia social, necesitas reconocer la importancia de la conciencia, en el proceso social. Después de todo, no puedes recibir las señales no verbales, cuando estás en tu propia cabeza, pensando en otras cosas, o distrayéndote en tu teléfono.
La conciencia social requiere tu presencia, en el momento. Mientras que muchas personas se sienten orgullosas de su habilidad de multitask, esto significa que te pierdes de los cambios sutiles que suceden en otros; cambios que te permiten entenderlos mejor.
Trabajar bien con otros, es un proceso que inicia con la conciencia emocional, y tu habilidad de reconocer, y entender lo que otras personas están experimentando. Una vez que la conciencia emocional entra al juego, puedes desarrollar mejores habilidades sociales, y emocionales, que te permitirán tener relación más efectivas, fructuosas y satisfactorias.
Es imposible evitar mandar mensajes no verbales, a otros, respecto a cómo piensas, o cómo te sientes. Los múltiples músculos faciales, especialmente los que están alrededor de los ojos, nariz, boca, y frente, te ayudan a mandar un mensaje, sin palabras, de tus emociones, de la misma manera en la que puedes leer a otros. La parte emocional de tu cerebro, siempre está encendida, e incluso si ignoras sus mensajes, otros no lo harán.
Reconocer los mensajes no verbales que mandas a otros, puede jugar un papel grande en mejorar tus relaciones. El humor, la risa, y el juego, son antídotos naturales para el estrés. Alivianan las cargas, y mantienen las cosas en perspectiva. La risa mantiene tu sistema nervioso en equilibrio, reduciendo estrés, calmándote, afilando tu mente, y haciéndote más empática.
El conflicto, y los desacuerdos, son inevitables en las relaciones humanas. Dos personas no tienen las mismas necesidades, opiniones, y expectativas, en todo momento. Sin embargo, eso no es algo malo, necesariamente. Resolver conflictos de una manera sana, y constructiva, puede fortalecer la confianza, entre dos personas. Cuando el conflicto no es percibido como amenazador, fomenta la libertad, la creatividad, y la seguridad en una relación.
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