Home > Pareja > Mi novio me dijo tóxica ¿manipulación o realidad?
Mi novio me dijo tóxica. ¿Lo dijo en serio? ¿Es manipulación, realidad? ¿Qué tanto sabes identificar tu toxicidad? Esto y más, aquí mismo.
Pasamos mucho tiempo intentando identificar a las personas tóxicas en nuestra vida, pero, ¿qué tan seguido volteamos hacia adentro, en esa búsqueda? La verdad es que hay momentos en que todos exhibimos comportamientos tóxicos, sin darnos cuenta.
Sin embargo, y precisamente por el hecho de que es difícil identificar estos momentos en una misma, a veces dudamos cuando alguien nos hace notar algún comportamiento tóxico que hay en nosotras mismas. Especialmente cuando es una persona cercana, como tu pareja, y aún más cuando nos lo hace notar durante una discusión. Para salir de la duda, es importante ser honesta, y aceptar la realidad.
Índice
1. ¿Qué es una persona tóxica?
2. Sarcasmo
4. Deseas el desastre, y el cuidado que recibes de él
5. Señalas los errores de otros
Una persona tóxica es alguien que regularmente demuestra comportamientos que lastiman a otros, o que impactan negativamente en las personas cercanas, y suelen ser los instigadores de una relación tóxica.
Claro, hay una diferencia entre ser tóxica y actuar tóxicamente. El primero forma parte integral de nuestra personalidad, y activamente se disfruta de herir a otros; la segunda corresponde a aspectos del comportamiento. A veces, sin saberlo, estos comportamientos toman el control. Piénsalo como si fuera un musculo al que, metafóricamente, le inyectas esteroides, y pronto se transforma en Hulk.
La buena noticia es que, con reflexión propia y retroalimentación de otros, podemos tener conciencia de estos hábitos, y erradicarlos, para mejorar. Te vamos a decir algunos de los comportamientos más comunes, para que puedas identificar si los tienes en ti.
La retórica inteligente que se acompaña de risa. Hemos llegado a pensar que es algo bueno. Pero la realidad es que lo que es gracioso en las series de televisión, no es necesariamente gracioso en la vida real. Es fácil que sea tu modo normal, si trabajas en una industria en la que debes actuar escondiendo tus emociones, o si creciste en una familia donde el 99% de las conversaciones venían con comentarios sarcásticos.
Las personas que siempre buscan lo negativo, pueden llegar a agotar a quienes los rodean. A la larga, los comentarios, incluso las buenas bromas, pueden empezar a sentirse como una animosidad cuidadosamente escondida.
Todas sabemos lo mal que se siente ser la víctima de este tipo de comentarios, especialmente cuando estás vulnerable. Antes de que abras la boca, pregúntate cómo te sentirías si al compartir algo de tu vida, obtuvieras esa respuesta.
Algunas personas son rescatistas por naturaleza. Tal vez, inconscientemente, te sientes atraída a relaciones similares en las que arreglas una dinámica, o una persona. Este tipo de trabajo emocional se comienza a apilar, y aumenta el resentimiento. En otras palabras, las demás personas no son un proyecto, y querer solucionar problemas no significa que deberías hacerlo. La responsabilidad está en manos de quien tiene el problema, incluso si no lo ve como un problema.
Reconoce que no necesitas arreglar a todos. Aprende a aceptar los defectos de otros, ayuda cuando piden, y si es necesario, aléjate de las relaciones en las que el comportamiento de otros te afecte de manera negativa. No hay necesidad de que cargues con los problemas de los demás, ni acompañarlos en su viaje de desarrollo.
Cuando quieres un cambio, hay dos lados a nosotras, hablando de conflictos. Un lado desea la transformación, pero el otro se niega, porque tiene algo que ganar del status quo. Aunque no quieras admitirlo, una parte de ti disfruta la atención que recibes del drama.
Una señal de que amas la atención por el drama es qué pides soluciones y ayuda, pero siempre tienes una excusa. Es una forma de abrir la conversación, bañarte en su atención, y convencerte de que buscas ayuda, pero nada cambia.
Aunque esto se siente bien, pone mucha presión en nuestras amistades, que siguen intentando ayudar. Claro, es importante una red de apoyo, pero inyectar negatividad constante, porque disfrutas sentir su apoyo, no es justo para ellos.
Una de las peores situaciones es cuando una persona bien intencionada junta a otros para avergonzarte por tus fallas, pensando que esto te hará despertar. Si haces esto, debes saber que es doloroso. La mayoría sabemos cuándo somos una sombra de quienes solíamos ser, y si vamos en la dirección incorrecta, estamos intentando ajustarnos, y superar la pérdida de quienes solíamos ser. Añadir sal a la herida sólo activa más culpa y ansiedad.
Sólo porque has tenido malos comportamientos, no es causa para avergonzarte. Al contrario, saber que los has trascendido es una causa de orgullo. Entender tus propios comportamientos tóxicos te ayuda a desarrollar empatía por las razones por las que haces las cosas, afina tu auto-consciencia, y te ayuda a ser mejor persona. La aceptación es el primer paso en ese viaje.
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