Home > Pareja > No esperes nada de nadie, espéralo todo de ti
La clave para vivir tranquila, no está en nadie más. Las herramientas están en ti, sólo tienes que descubrirlas. No esperes nada de nadie, espéralo todo de ti.
Las expectativas te preparan para esperar un resultado específico, dejando poco espacio para las posibilidades frescas. Sin embargo, hay muchas formas en las que puedes salvarte a ti misma de las decepciones que vienen con las expectativas que no son cumplidas.
Como todas sabemos, no puedes controlas todo, ni hacer que todas las personas se comporten según lo que tu deseas, o quieres. Considera lo que podría pasar si dejas de esperar los siguientes puntos, y mejor, te concentras en los cambios positivos que llegarían a tu vida
Desafortunadamente, los siguientes puntos son los más comunes, en cuestión de expectativas. Es momento de dejarlas atrás. Identifícalas, elimínalas. Sí, no será fácil, pero una vez que tienes un blanco en la mira, es mucho más sencillo armar un plan.
Índice
1. Validación
3. Motivación
4. Comprensión
5. Optimismo
6. Alegría
7. Soluciones
8. Juicios
No esperes que otras personas validen lo que tú vales. Tu verdadero valor está en ti misma. Las demás personas, están ocupadas con sus propias vidas, ocupadas proyectando sus propias necesidades y deseos al mundo a su alrededor.
No están disponibles, mental o emocionalmente, para confirmar lo que vales. Lo que hacen o dicen contigo, es una reflexión de sus propias expectativas, y no puedes confundirlas con las tuyas.
Podrías recibirlos, o no. Aprender que no puedes depender en la apreciación de otros, es una habilidad de vida importante. Si haces cosas buenas, o bien hechas, y esperas que los demás lo aprecien, estás acomodándote para la decepción. No importa lo que otros ven. Lo que importa es lo que tú piensas de ti misma. Haz un compromiso personal de ser tu fan #1. De ahí viene la verdadera apreciación.
No hagas las cosas, sólo por recibir la gratitud de alguien más; en vez de eso, hazlo por ti, porque tú así lo quieres. Hazlo porque te ayuda a sentirte mejor, o se alinea con tu integridad. Elógiate a ti misma. Cuando das un paso en la dirección correcta, o sales de una mala racha, o haces algo bueno por otros, date el reconocimiento a ti misma.
Nadie más va a ser tu porrista de tiempo completo. Sí, claro, una amiga puede ayudar a levantarte cuando caes, pero no pueden obligarte a disfrutar de la vida. Depende de ti poner metas y tomas las acciones para alcanzar esas metas. Deja de esperar que los demás hagan el trabajo sucio. Si sólo te sientas, y esperas la motivación, es una batalla que perderás.
Encuentra algo, lo que sea, que te obligue a levantarte. Ponte en movimiento. Haz que tu sangre se mueva, activa tu mente en algo más allá de ti misma, y siente como tomas el vuelo necesario.
Nadie creció como tú, nadie caminó en tus zapatos, ni vivió tu vida. Las experiencias que formar tu punto de vista actual, son diferentes a los de cualquier persona en el mundo. No esperes que alguien más “entienda” quien eres. Claro, habrá con quienes te identifiques, pero muchos no tienen idea de lo que hablas. Tal vez sea hora de dejar de insistir en que otros piensen como tú. Déjalos tener su propia perspectiva, basada en sus propias experiencias.
Sólo tú puedes encontrar las posibilidades en tu día, tus relaciones, o tu vida. Tristemente, las personas buscan lo que está mal, para arreglarlo, y sentirse felices. Escucha las conversaciones a tu alrededor; verás que hay un mundo de quejas y buscar culpables. Es tu decisión formar parte de ese mundo. En lugar de eso, crea tu propio camino, al concentrarte en lo que puede salir bien, en vez de lo que puede salir mal.
Si, otras personas pueden ayudarle a tu factor feliz, temporalmente, pero no pueden obligarte. Ten una mente abierta, y date cuenta de que la alegría es un rayo de luz que llega a tu vida diaria. La alegría llega de las cosas buenas que ya están en tu vida, sean pequeñas o grandes.
Todos tenemos problemas. Otras personas te pueden ayudar a buscar soluciones potenciales, pero el problema está en tu vida, es uno que tú ayudaste a crear. Depende de ti resolver lo que ocasionaste. Piénsalo: ¿alguien te ha sugerido algo que te funciona a la perfección? Usualmente, las recomendaciones no dan en el blanco. Sólo las personas con mentalidad de víctima, esperan que alguien llegue a su rescate. Toma el control, actívate, y ajusta donde sea necesario.
Si crecimos con retroalimentación negativa, esperamos un juicio de otras personas. Cuando alguien ofrece un comentario, buscamos el significado oculto de sus palabras. Creemos que todos tienen una agenda oculta. Si alguien nos observa detenidamente, asumimos que hay algo mal con nosotras. Si recibimos un cumplido, sobre analizamos lo que esa persona quiere de nosotras. Nos convertimos en la persona que espera una retroalimentación negativa; como resultado, la encontramos en todos lados.
Tal vez sea hora de dejar de esperar cosas de otros, y tomar control de tu vida. ¿Estás cargando errores pasados por los que debes perdonarte? ¿Qué imagen del pasado, recibiste de otros, que ahora es falsa? ¿Hay algo que necesitas cambiar? ¿Dónde quieres mejorar? Toma tu vida de la mano, y haz que suceda. Es tu vida, guíala.
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