Home > Alimentación > Pasta carbonara y cómo hacerla
¿Por qué una de las pastas más deliciosas es la más complicada de hacer? Aquí te hablaremos de la pasta carbonara y cómo hacerla.
La pasta carbonara es la mejor receta para solucionar una cena cuando no tienes nada de ingredientes en casa. Sin importar lo vacía que esté tu alacena, o desafortunadamente vacío que esté tu refrigerados, hay una gran probabilidad de que tengas un paquete de pasta, perdido por ahí, unos cuantos huevos, algo de queso, y algún tipo de embutido en algún escondite del refrigerador. Pero, y como pasa con la mayoría de las recetas más increíbles, los mejores platillos se construyen con unos pocos ingredientes que tienes a la mano.
Sin embargo, hay un gran problema con la pasta carbonara. Verás, todo se reduce a la técnica que tienes; un paso en falso, y lo que debería ser una perfecta y deliciosa salsa termina siendo una mezcla con grumos, y un nulo atractivo visual.
Pero no tienes por qué temer. Con una buena receta, como la que encontrarás aquí, y evitando los clásicos errores que vienen con esta receta, no tienes nada de que preocuparte. Aquí te damos todos los consejos que necesitas para triunfar en esta clásica receta.
Índice
1. La receta
2. Huevos a temperatura ambiente
5. Agregar huevo de inmediato, pero lento
-100g de tocino. (El tocino sería la versión ideal, sin embargo, también puedes hacer tu propia receta con cualquier otro embutido).
-50g de queso manchego.
-50g de queso parmesano.
-3 huevos grandes.
-350g de espagueti.
-2 dientes de ajo, grandes, pelados y enteros.
-50g de mantequilla sin sal.
-Sal y pimienta negra, recién molida.
Pon una olla grande con agua a hervir. Pica finamente los 100 gramos de tocino, asegurándote de quitar cualquier tipo de cobertura. Raya finamente los 50 gramos de queso manchego y los 50 gramos de queso parmesano, y mézclalos. Bate los 3 huevos grandes en un recipiente o bowl mediano, y sazona con un poco de pimienta negra, recién molida. Deja esta mezcla de lado, por ahora.
Agrega 1 cucharada de sal al agua hirviente, y agrega los 350 gramos de pasta, y cuando el agua vuelva a hervir, cocina la pasta en un hervor constante, cubierta, por 10 minutos, o hasta que la pasta esté al dente, o tenga la textura que prefieras. Aplasta los 2 dientes de ajo con la hoja de un cuchillo, sólo con la intención de aplastarlo, no deshacerlo.
Mientras la pasta se está cociendo, comienza a freír el tocino con el ajo. Agrega los 50 gramos de mantequilla sin sal a una sartén, y cuando la mantequilla se termine de derretir, agrega el tocino y el ajo.
Deja que todo se cocine a fuego medio, por cerca de 5 minutos, removiendo constantemente, para asegurarte de que haya una fritura homogénea, y hasta que el tocino esté dorado y crujiente. El ajo ha compartido su delicioso sabor, así que es momento de retirarlo de la sartén con aceite, y descartarlo.
Mantén el fuego del tocino en un nivel bajo. Cuando la pasta esté al dente, retírala del agua con una cuchara para pasta, o con pinzas. Agrega la pasta a la sartén con el tocino, y no te preocupes si hay gotas de agua que caigan en la sartén; de hecho, quieres que esto suceda. No te deshagas de el agua de la pasta, aún.
Mezcla la mayoría del queso con los huevos, reservando una pequeña porción de los quesos para espolvorearlos después. Retira la sartén con la pasta y el tocino del fuego. Ahora, rápidamente agrega el queso y el huevo.
Usando las pinzas o un tenedor largo, levanta el espagueti para que se mezcle más fácilmente con la mezcla de huevo, que se espesa, pero debes procurar que no se formen grumos, y asegurándote de que todo esté bañado.
Desafortunadamente, aquí es donde hay más fallas. Si tu salsa forma grumos, no hay nada que puedas hacer para arreglar la salsa, mas que empezar de nuevo. Agrega un poco más del agua en la que cocinaste la salsa; con unas cuantas cucharadas sería más que suficiente. No quieres que se moje, quieres que se humecte. Sazona con un poco de sal, de ser necesario.
Una un tenedor largo para torcer la pasta en un plato para servir, o un bowl o tazón. Sirve de inmediato con un poco del queso que reservamos, y con la pimienta negra molida. Si el platillo termina secándose un poco antes de servir, rocía un poco del agua caliente de la pasta, y la brillosa salsa será revivida.
Esto podría sonar bobo, pero ponerle atención a la temperatura de los huevos te ayudará a tener una salsa suave y ligera. Antes de que empieces con cualquiera de los pasos en la receta, saca los huevos del refrigerados, y déjalos a temperatura ambiente. Los huevos fríos pueden llevar a grumos en tu salsa, y eso es lo que más debemos evitar.
Estás usando más yemas de huevo que claras de huevo, que es lo que se necesita para tener una carbonara rica y lujosa. Pero aún así, tienes el equivalente a 3 claras de huevo en la mezcla. Batir tus huevos para que las claras estén completamente incorporadas a las yemas, le dará a tu salsa una textura mucho más uniforme. Piensa en huevos revueltos. No quieres que haya una división clara en la mezcla, y definitivamente no quieres eso en tu pasta.
Aquí es donde la mayoría de las personas cometen el mayor error. No puedes mezclar la pasta y la salsa cuando están sobre el fuego. No. Lo. Hagas. El gentil calor residual de la pasta es lo que hace que los huevos formen esa salsa aterciopelada, no el calor de la sartén.
Así que, aunque ya se mencionó que es necesario apagar el fuego antes de agregar el huevo y queso, TAMBIÉN necesitas, físicamente, retirar la sartén de la estufa, pues el metal retiene mucho calor. Ignora este punto, y terminarás con un huevo revuelto con queso y pasta. Y aunque no suena nada mal, no es lo que pretendes preparar con esta receta.
Hablando de agregarle la salsa a tu pasta, debes hacerlo inmediatamente después de que retiras la olla del calor. Quieres que la pasta esté lo más caliente posible, para que cocinen el huevo y se haga la salsa. Pero no viertas todo al mismo tiempo. Debes agregar la salsa de forma gradual, así tiene la oportunidad de espesarse.
Mientras viertes la salsa, asegúrate de que esté siendo distribuida equitativamente, porque quieres que cada centímetro de la pasta esté bañado en la salsa aterciopelada. Cuando agregas la mezcla de huevo y queso con una mano, debes tener pinzas o una cuchara lista para el movimiento veloz. Eres la John Wick de la carbonara.
Lo Más Nuevo