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¿Qué tanto es la vida poniéndote el pie? ¿Qué tanto eres tú? Si quieres saber qué es el autosabotaje, tienes que leer esto.
¿Por qué sigo haciendo esto? ¿Por qué siempre me pasa esto? Podrías preguntarte esto cuando te sientes atrapada en patrones que crean problemas en tu vida, y evitan que alcances tus metas. Aunque intentas hacer cambios y romper estos patrones, terminas en el mismo lugar.
Si esto te suena familiar, podrías estar autosaboteándote. El autosabotaje se refiere a comportamientos y patrones que tú misma tienes, que te estorban, y previenen que logres tus metas. ¿Quieres saber cómo se ve esto?
Índice
1. Culpar a otros cuando algo sale mal
2. Marcharte cuando algo no va bien
5. Citas con personas incompatibles
6. Problemas con comunicar tus necesidades
7. Minimizarte
10. Dinámicas de relaciones anteriores
11. Miedo al fracaso
A veces, las cosas suceden sin que sean culpa de nadie. Claro, algunos infortunios podrían ser culpa de sólo una persona, pero no siempre es el caso. Si tiendes a encontrar fallas en otros lados, cuando te topas con dificultades, podría valer la pena dar un vistazo al papel que jugaste en lo que pasó.
Digamos que tu pareja tiene comportamientos que afectan a ambos. Decides que no cambiará y terminas con él. Te sientes bien por la ruptura, pues su negativa a cambiar evitaba que avanzaran. Tus amigos están de acuerdo contigo. Si no te tomas el tiempo de explorar como pudiste haber contribuido a los problemas de la relación, saboteas tu oportunidad de aprender, y crecer de la experiencia.
No hay nada malo en alejarte de situaciones que no cumplen tus necesidades. En algunos casos, es la mejor opción. Pero es sabio dar un paso atrás y preguntarte primero si realmente te esforzaste. Tal vez te cuesta mantener un trabajo. Te marchaste porque tu supervisor te trataba injustamente. Te despidieron de otro por recorte de personal. Renunciaste del siguiente por compañeros tóxicos, etc.
Son razones válidas, pero ese patrón podría tener algo más en el fondo. Las dudas sobre tu propia habilidad de alcanzar el éxito o de mantener un trabajo podría llevarte a hacer cosas que entorpecen tu desempeño, o evitan que crezcas.
Tal vez tienes miedo del conflicto, o la crítica. Es difícil, pero atravesar los retos y problemas te ayuda a crecer. Cuando te rindes antes de intentarlo, puede que no aprendas cómo tomar decisiones distintas en el futuro.
¿Te has encontrado retrasada o atorada con una tarea importante? No estás sola. Te preparaste, investigaste, y te sentaste a comenzar, sólo para darte cuenta de que no puedes hacerlo. Tu motivación desapareció. Así que evitas la tarea al limpiar tu refrigerador, organizar cajones, o empezar un maratón en Netflix.
La procrastinación puede pasar sin razón aparente, pero siempre tiene una causa escondida. Esto puede ser sentirte abrumada por la tarea a cumplir, tener dificultades con tu manejo de tiempo, o dudar de tus propias habilidades.
Sutilmente, puedes debilitarte a ti misma, y a tus relaciones, de muchas maneras. Tal vez siempre estás lista para discutir, incluso por temas irrelevantes, como en qué restaurante cenar. O haces cosas para provocar reacciones, como dejar un desastre en la cocina, u “olvidar” a propósito una fecha importante.
Por otro lado, podrías ofenderte fácilmente o tomarte las cosas personales, hayan sido dirigidas a ti o no. O, tal vez te cuesta trabajo hablar de tus sentimientos, especialmente cuando estás enojada. Así que recurres a la pasivo agresividad, en vez de métodos efectivos de comunicación.
El autosabotaje suele aparecer mucho en las relaciones. Salir con personas que no son compatibles para ti es una forma común de autosabotaje. Salir con un tipo similar de chicos, aunque tus relaciones siempre terminen mal, forzar que las cosas funcionen, aunque sus metas futuras sean distintas, quedarte en relaciones que no van a ningún lado. Todas son formas de autosabotaje. Al caer en estos patrones, estas previniendo que encuentres a alguien que sea un mejor match para ti, a largo plazo.
Si te cuesta hablar por ti misma, puede que te cueste trabajo satisfacer tus necesidades. Esto puede suceder en situaciones familiares, entre amigos, en el trabajo, relaciones románticas, e interacciones diarias. Imagina que estás en la fila del supermercado, y vas tarde al trabajo. Alguien se mete en la fila, pero no puedes decir nada. Lo dejas ir, y terminas llegando tarde a una junta que no te podías perder. Todo tiene consecuencias.
Las personas suelen tener estándares mucho más altos para sí mismas, que para otros. Cuando no llegas a esos estándares, te das una retroalimentación bastante dura. “Nunca hago nada bien. No lo voy a lograr, ¿para qué esforzarme? Metí la pata una vez más, soy terrible en esto.”
Ya sea que te critiques en frente de otros, o tengas un hábito de autoconversación negativa, sucede los mismo: eventualmente, las palabras se toman como verdaderas. Creer estas críticas puede promover una actitud de autoderrota que evita que intentes de nuevo. Eventualmente, te rendirás antes de empezar.
El autosabotaje pasa cuando haces ciertas cosas que eran adaptadas a un contexto, pero ya no son necesarias. Estos comportamientos te ayudaban a adaptarte a una situación previa, como una infancia traumática o una relación tóxica, y así, sobrevivir los retos. Te calmaban y defendía, pero estos métodos causan dificultades cuando la situación cambia.
Los patrones que aprendes en tu primera relación se repiten en las relaciones consecuentes. Nos apegamos a estos patrones. Significan algo para nosotras, y son difíciles de soltar. Digamos que tenías un padre que nunca te ponía atención, a menos que estuviera enojado.
Hoy sabes que no es bueno hacer enojar a alguien, pero hay algo muy atractivo en hacerlo, por este aprendizaje que tuviste. El enojo era la única manera de obtener atención, así que te quedas con ese patrón.
Esto puede reflejarse, por ejemplo, en tu trabajo, donde no parece que te sea posible llegar a tiempo. Al principio, tu supervisor entendía, y te apoyaba. Con el tiempo, y tu constante impuntualidad, perdiste el trabajo.
Si no te sentías apoyada o escuchada cuando comunicabas algo en una relación pasada, romántica o de cualquier tipo, podría costarte comunicarte de forma efectiva en tus relaciones actuales. Ya sea que tuvieras una pareja abusiva, o una que no le importaban tus sentimientos, podrías no tener la habilidad de hablar por ti misma.
Te quedabas callada para defenderte del enojo, el rechazo, y otras experiencias negativas. Pero, como resultado, no aprendiste a defender tus necesidades. Tu situación actual difiere de tu pasado, pero puede ser difícil romper estos patrones.
Cuando no quieres fallar en tu trabajo de ensueño o tu relación, inconscientemente saboteas tus esfuerzos. Querer evitar el fracaso puede llevarte a evitar intentar. Si no intentas, no puedes fallar, ¿no? Tu mente inconsciente te presenta excusas y maneras de sabotearte. Imagina que estás en una relación, y todo va bien.
Tan bien, de hecho, que crees que es cuestión de tiempo antes de que termine. “Es demasiado buena, no podría durar”. No quieres enfrentar el fin, así que empiezas a alejarte de tu pareja, cerrándote emocionalmente, y empezando peleas. Generalmente, estás motivada a encontrar tu propio fracaso, para que no te sorprenda cuando suceda.
El comportamiento de autosabotaje también se puede desarrollar de una necesidad de control. Cuando estás en control, te sientes segura, fuerte, y lista a enfrentar cualquier cosa en el camino. Algunos tipos de autosabotaje te dan esta sensación de control. Lo que estás haciendo podría no ser bueno para tu salud mental o relaciones, pero te ayuda a mantener el control cuando te sientes vulnerable.
Toma el ejemplo de la procrastinación. Retrasas esa tarea porque, muy dentro, te preocupa no hacerla tan bien como esperas. Sabes que hacerlo todo a última hora no ayudará la calidad, pero te pone en control del desenlace, porque elegiste hacerlo a última hora.
Esto también pasa en las relaciones. Abrirte emocionalmente te hace sentir vulnerable. Al guardar todo, mantienes lo que parece ser una “ventaja”. Al final del día, no estás cosechando las recompensas de construir intimidad al compartir vulnerabilidades.
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