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Este término empieza a tener presencia en muchos lugares del internet. Pero, ¿qué es el Mindfulness? Para conocer más, tienes que leer esto.
Mindfulness. Es una palabra bastante directa. Por su traducción al inglés, sugiere que la mente esté totalmente presente en lo que está pasando, en lo que estás haciendo, en el espacio por el que te estás moviendo. Esto podría parecer trivial, excepto por el molesto hecho de que es muy común desviarnos del tema presente.
Nuestra mente levanta el vuelo, perdemos contacto con el cuerpo, y muy pronto nos vemos envueltas en pensamientos sobre algo que pasó en otro momento, o con preocupación por el futuro. Y eso nos produce ansiedad.
Sin embargo, sin importar cuando nos desviemos, el mindfulness está ahí para regresarnos a donde estamos, lo que hacemos, y lo que sentimos. Si quieres saber lo que es el mindfulness, es mejor practicarlo por un tiempo. Ya que es tan difícil definirlo en palabras, encontrarás ligeras variaciones en el significado en libros, sitios de internet, videos, etc.
Índice
1. La definición de Mindfulness
2. Beneficios
6. Consciencia en la respiración
El mindfulness es la habilidad humana básica de estar totalmente presente, consciente de donde estás y lo que haces, sin reaccionar a lo que pasa a tu alrededor, o sentirte abrumada por ello. Es una habilidad que cada humano posee, y no es un hechizo que conjurar. Sólo tienes que aprender a encontrarlo.
Mientras que el mindfulness es innato, puede ser cultivado a través de técnicas probadas, por ejemplo, la meditación, pausas insertadas en tu rutina diaria, y mezclar la práctica de la meditación con otras actividades físicas, como el yoga.
Cuando meditas, no se trata de obsesionarte con los beneficios, sino que sólo haces la práctica, y, sin embargo, hay beneficios; de lo contrario, nadie lo haría. Cuando estás consciente, reduces el estrés, mejoras tu desempeño, obtienes perspectiva y consciencia a través de la observación de tu propia mente, y aumentar tu atención hacia otras personas.
La meditación con mindfulness te da un espacio en tu vida en que puedes suspender el juicio, y desatar tu curiosidad natural sobre la mecánica de tu mente, acercándote a las experiencias con calidez y amabilidad, hacia ti misma y hacia otros.
Esta práctica no es algo especial o añadido que hacer. Ya tienes la capacidad de estar presente, y no requiere que cambies tu forma de ser. Pero puedes cultivar esta habilidad con simples prácticas que te traen muchos beneficios a ti, a tu relación con amigos y con familiares, compañeros de trabajo, y los lugares en los que trabajas.
No necesitas cambiar; no se trata de eso. Las soluciones que exigen un cambio de quien eres, o que te transformes en algo que no eres nos han fallado una y otra vez. El mindfulness reconoce y cultiva lo mejor de lo que eres como ser humano.
Además, está práctica tiene el potencial de convertirse en un fenómeno social, porque cualquiera puede hacerlo. Esta práctica cultiva las cualidades humanas universales, y no requiere un cambio de creencias. Todos pueden beneficiarse de ella, y es fácil de aprender.
Es una forma de vivir, y es más que una práctica. Trae la consciencia y el cariño a todo lo que hacemos, y reduce el estrés innecesario. Incluso un poco menos de estrés mejora mucho nuestra calidad de vida.
Cuando pensamos en mindfulness y meditar, nos podemos perder en pensar en nuestros pensamientos, pues vamos a trabajar en lo que pasa en nuestra cabeza. Es como si estos cuerpos que tenemos son un saco inconveniente en el que nuestro cerebro se mueve. Sin embargo, dejando que todo se quede en tu cabeza, se pierde ese buen sentimiento de gravedad. Este acercamiento hace que se sienta como flotar, como si no tuvieras que caminar.
Pero la meditación empieza y termina en el cuerpo. Involucra tomarte el tiempo de poner atención a donde estás y lo que está pasando, y eso empieza con tener consciencia de tu propio cuerpo. El simple acto puede ser relajante, pues los ritmos internos de tu cuerpo te pueden ayudarte con la relajación, si le das la oportunidad.
La forma en que una persona experimenta el tiempo es subjetiva y muy influenciada por su estado emocional. Los miedos y las inseguridades por el pasado y el futuro hacen que sea difícil apreciar el presente. La clave es aprender a poner atención.
El mindfulness puede suceder en sesiones de meditación, o pequeños momentos en el día. Para cultivar el estado del mindfulness, puedes empezar por sentarte y tomar varias respiraciones profundas. Concéntrate en cada respiración, y la sensación del momento, como los sonidos, olores, la temperatura, y la sensación del aire entrando y saliendo de tu cuerpo.
Después, dirige tu atención a los sentimientos y pensamientos que estás experimentando. Permite que cada uno salga sin juzgarlo o adjudicarle negatividad. Siéntate a convivir con esos pensamientos. La experiencia podría invocar una fuerte reacción emocional. Explorar esa respuesta puede ser una oportunidad de abordar o resolver cualquier reto.
Sin importar lo que estés haciendo, puedes practicar poner tu atención a tu respiración. Ya sea que estés tendiendo la cama, en internet, o paseando a tu perro, casi cualquier momento es una oportunidad para estar presente.
Empieza por poner atención a la sensación que hay en tu respiración. Siente como sube y baja tu pecho o abdomen. Siente el aire entrando y saliendo de tu nariz. Nota como es fresco al entrar y tibio al salir. Eventualmente, es probable que notes que tu mente se ha distraído por algo que pasa a tu alrededor. Simplemente regresa tu atención de vuelta a la respiración, sin juzgarte o calificar tu desempeño. No hay otro objetivo que estar con tu respiración.
El mindfulness no tiene que incluir una meditación formal, pero es una gran herramienta si te llama la atención, o quieres aprender a sentarte con lo que sea que estés sintiendo, sin distracción. Hay muchas formas de integrar el mindfulness con la meditación sentada, así como con muchos otros tipos de meditación.
Lo más importante es encontrar una técnica que le sirva a tu forma de ser y estilo de vida, para que puedas ser consistente. Después de todo, la meditación es más efectiva cuando es un hábito. El mindfulness te puede ayudar a traerte al momento presente.
Cuando despiertas, puedes concentrarte en tu respiración y la forma en que tu cuerpo se activa y llena de energía. Puedes incorporar una breve meditación a tu día laboral, tal vez durante tu hora de comida, y concentrarte y apreciar la experiencia de comer, durante esta hora.
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