Home > Pareja > Señales de que eres súper dramática
Todas conocemos a una persona dramática. ¿Qué pasa si esa persona eres tú? Aquí están las señales de que eres súper dramática. ¿Te atreves a conocerlo?
En un grupo de amigas, siempre hay una que, constantemente, está involucrada en drama. El término “drama queen”, es el más usado para describir a estas personas, tanto hombres como mujeres. Una Drama queen experimenta la vida como una montaña rusa.
Las relaciones son increíbles, hasta que se vuelven la peor del mundo. Son personas que pelean con todos, las engañan, son parte de relaciones tormentosas e inestables. ¿Te suena familiar? Si siempre estás al centro del drama, ¿qué estás haciendo para crearlo?
Antes de responder que no estás haciendo nada, sigue leyendo. Ninguna de nosotras puede evitar las situaciones extremas, y poco comunes, en la vida. Pérdida de un ser amado, ser engañada por una pareja, perder un trabajo de manera inesperada. No podemos controlar esos eventos, y algunos se sienten como una emergencia real. Pero, si tienes un historial de estar involucrada en estas situaciones, de manera constante, y siendo protagonista, es muy probable que estés creando estas situaciones.
Índice
1. Te atraen los “chicos malos”
4. Reaccionas de manera exagerada
5. Peleas con gente, por aburrimiento
6. Tus emociones no conocen puntos medios
8. Tus problemas siempre son peores
10. Cortas y regresas con tus parejas, varias veces
11. Nada es suficiente para ti
No te cansas de los chicos con reputación de dejar un camino de corazones rotos. Entre más te dicen que te alejes de una pareja tóxica, más atracción sientes por él. Cuando la relación termina, con tus sentimientos hechos pedazos, no puedes evitar preguntarte: ¿por qué a mí? La respuesta es simple, pero difícil de aceptar. Tú lo elegiste.
Te quejas seguido, y fuerte, de todos los que cruzan por tu camino. Tu pareja, tu vida, tu trabajo, amigos, escuela, clima, tu ex, tu situación económica, tu salud…todo, básicamente. Y, obvio, esto hace que la gente se aleje de ti, dándote más razones para quejarte. La gente tiene miedo de cruzarse contigo porque saben, por experiencia, que los vas a bombardear de negatividad.
Nadie se salva de lo rápida que es tu lengua. En cuanto te enteras de una noticia escandalosa, no puedes esperar a contárselo a todos, en persona, por teléfono, mensaje de texto, o redes sociales. Date más puntos si, además, le cuentas a todos cómo se desarrolla la situación, paso a paso.
Si alguien estornuda, gritas horrorizada: “Me vas a contagiar”. Si alguien hace algo que te ofende, suspiras de manera dramática, los bloqueas en redes sociales, y los ignoras por años. Se te rompe una uña, y es el peor día de tu vida.
Si no hay nada emocionante pasando en tu vida, sientes la necesidad de provocar a tu pareja. Primero, enlistas sus errores. Cuando se pone a la defensiva, tu respuesta es llorar, y subir la pelea de nivel, hasta llegar a proporciones épicas. Tus peleas, o discusiones, son tan fuertes, que la gente se quejará, creando MÁS drama. Curiosamente, esto te hace sentir mejor.
No te cae mal esa persona, la odias. No sólo la odias, la DETESTAS, y a todos sus amigos, o personas relacionadas. Cuando amas a alguien, no sólo lo amas. Estás locamente enamorada, y le cuentas al mundo lo perfectos que son. Y, si esta persona perfecta se cae del pedestal, es el fin del mundo. Te ataca la histeria, espantando a todos los amigos que te quedan.
Tu pasatiempo favorito es la actuación. En secreto, sueñas con ser una estrella, caminando al escenario, aceptando tu Oscar. Amas ser el centro de atención. Si tocas algún instrumento o tienes algún talento, como cantar, te aseguras de que todos lo sepan. Sin importar la situación, cualquier oportunidad es perfecta para demostrar tus habilidades. Para una drama queen, no tener atención es un destino peor que la muerte.
Exprimes tu papel de víctima lo más que puedas. Y eso te encanta, en muchos niveles. Puedes quejarte, chismear, exagerar tus emociones, y ser el centro de atención…AL MISMO TIEMPO. Te paras junto a la persona que acaba de vivir una tragedia, y le describes como no pudiste salir de viaje en las vacaciones. La vida es muy injusta.
Suspiras, exageradamente, cuando le cuentas a la gente tu trágica historia, porque una chica dramática tiene el arte de usar los suspiros para romper el silencio. Como resultado, minimizaste las emociones y situaciones por las que pasan tus amigos, y no les queda de otra más que preguntarse cómo alguien puede ser como tú.
Nunca, en tu vida, haz escuchado el concepto de “neutralidad”. Si hay un problema entre dos amigas tuyas, obvio tienes que meterte a algún bando, opinar, y meterte en la situación. Lo más curioso: no tiene nada que ver contigo.
Parece que disfrutas del ciclo de terminar, odiar a tu ex, reconciliarse, pensar que todo es perfecto, y terminar otra vez. Ya lo viviste, tantas veces, y con tantas relaciones pasadas, que es probable que creas que eso es parte de cualquier relación.
Una drama queen es extremadamente especial. En un restaurante, es de esperarse que regreses tu comida, hasta que sientas que es perfecta. Una chica dramática, espera la perfección, en todo departamento de su vida. Quien no llegue a ese punto, le espera tu enojo, y una tonelada de quejas.
Si te reconoces en este artículo, no desesperes. (Aunque, probablemente lo hagas, al final del día, eres una drama queen.) Puedes comenzar a cambiar, admitiendo que ser una drama queen es mejor que ser una persona aburrida. No es el caso. Busca la forma de cambiar tu actitud, antes de que sea demasiado tarde.
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